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19may11


Admiten que Grecia no tiene otra salida que reestructurar su deuda


Si Grecia se esfuerza, “deberemos ver si es posible llevar a cabo una reestructuración suave de la deuda griega”. Con esas palabras, Jean–Claude Juncker, presidente del Eurogrupo –ministros de Finanzas de la Eurozona– reconoció por primera vez ayer que la UE está estudiando que Grecia reestructure su deuda como última salida al lamentable estado de sus cuentas públicas. Grecia debe 328.000 millones de euros. La mitad está en manos de la banca privada europea, lo que da un indicio de por qué se rechazó hasta ahora la reestructuración.

La situación es tan grave que Grecia ha decidido poner en venta una serie de bienes públicos o la participación estatal en sociedades mixtas. Ayer, el Comité Interministerial para la Reestructuración de Activos y Privatizaciones de Grecia anunció que varios bancos serán asesores en la venta de algunos activos, como autopistas, loterías, quinielas, hipódromos, frecuencias radiofónicas y la participación estatal en las compañías de gas natural South Kavala y DEPA, en Hellenic Motorways, así como en la empresa de ferrocarriles y en el Aeropuerto de Atenas Este anuncio del Ejecutivo heleno se produce después de que los ministros de Finanzas y Economía de la eurozona hayan reclamado al país nuevas medidas en materia de consolidación fiscal y en el programa de privatizaciones. Todo sigue, además, a las presiones lanzadas por Grecia hace dos semanas cuando dejó trascender que estaba dispuesta a salir del euro.

La UE se plantea ahora que los acreedores privados, principalmente bancos del continente, también participen de la reestructuración , aunque todavía hay países –a los que apoya el Banco Central Europeo (BCE)– que ven esa opción como “una catástrofe”, al contrario que la mayoría de países del bloque y la Comisión Europea, que dicen ya públicamente que es una opción a poner sobre la mesa.

Para que la reestructuración sea finalmente aceptada, Atenas tendría que acelerar el ritmo de su plan de privatizaciones , que debe sumar 50.000 millones de euros de aquí a 2015 y endurecer aún más el plan de ajuste. Lo que la UE no se plantea por ahora –al menos oficialmente– es que esa reestructuración conlleve una quita . Se trataría de alargar los plazos de devolución de la deuda y bajar las tasas de interés.

El presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, también advirtió ayer a Atenas: “Permítanme que sea muy claro: la reestructuración de la deuda nunca podrá ser una alternativa a los dolorosos ajustes que deben aplicarse”. De la reunión de ministros de Finanzas de la UE también salió claro que Alemania aceptaría esa reestructuración siempre que también se vean afectados los tenedores privados de bonos griegos: bancos, fondos de pensiones y fondos de inversión.

El secretario de Estado de Finanzas alemán, Jörg Asmussen, dijo que “primero las autoridades griegas deben tomar nuevas medidas para garantizar la sostenibilidad de sus deudas”. Pero si con eso no fuera posible levantar las cuentas públicas griegas, “habrá que hacer contribuir también al sector privado, pero de forma voluntaria”.

La prensa alemana asegura que Merkel aceptaría la reestructuración siempre y cuando no se hiciera antes de 2013, después de las próximas elecciones alemanas.

El comisario europeo de Economía, Olli Rehn, añadió que “una extensión voluntaria de los vencimientos podría ser estudiada”. Así, se iría a un escenario en el que los tenedores privados de deuda deberían darse cuenta de que mejor cobrar tarde y con menos intereses que no cobrar.

Francia por ahora se niega.

La ministra gala de Finanzas, Christine Lagarde, dijo que “la reestructuración o reescalonamiento que lleve a una situación de default está, para mí, fuera de la mesa, de eso no debatimos”. Los europeos también estudian si aumentar el plan de rescate a Grecia que aprobaron hace un año por valor de 110.000 millones de euros para un período de tres años.

El gran obstáculo sigue siendo el BCE. Su economista jefe, el alemán Jürgen Stark, dijo ayer que una reestructuración sería “una catástrofe”, a pesar de que la deuda griega superará el 150% del PBI a finales de este año. Stark considera que si Grecia reestructura todos sus débitos, las consecuencias para la zona euro serán peores que las provocadas por la caída del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008. El BCE guarda 60.000 millones de euros de deuda griega.

[Fuente: Clarin, Bs As, 19may11]

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