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05oct11


Los Polanco se entregan a su socio americano para hacer caja y aplazar el pago de su deuda


Ignacio Polanco recibió de su padre un trasatlántico mediático del que poseía un 70%. Cuatro años después, capitanea un bote de remos del que atesora apenas un 30%. El Confidencial adelantaba el 9 de septiembre que el Grupo Prisa ultimaba una inyección de fondos para solventar sus graves problemas de tesorería. Era una exigencia de la banca para refinanciar su creciente deuda de 3.200 millones de euros más allá de 2013. La compañía concretó ayer la fórmula elegida, que le permitirá ingresar 150 millones. Será recurriendo a sus socios americanos, Nicolas Berggruen y Martin E.Franklin, que ganan aún más peso en el grupo.

Ambos financieros son los promotores de Liberty Acquisition Holdings Corp., sociedad de hedge funds y firmas de inversión estadounidenses que inyectó 650 millones de euros en el capital de Prisa a finales del año pasado. La transacción permitía a los Polanco cumplir in extremis con los bancos y reestructurar su agujero financiero hasta el citado 2013. A cambio, los dueños históricos perdían la mayoría de la sociedad. El pacto incluía una ampliación de capital por la que los accionistas de Prisa accedían a un warrant (opciones sobre acciones a precio tasado) por cada uno de sus títulos. Dichas opciones pueden ejecutarse hasta 2014 al precio de dos euros y cada una permite obtener 1,1 nuevos títulos de la empresa.

Según el acuerdo anunciado ayer, los Polanco montan una sociedad con sus colegas americanos para canjear parte de los warrants que les corresponden. "Timón, accionista de referencia de Prisa, ha suscrito un acuerdo con los señores Martin Franklin y Nicolas Berggruen, accionistas significativos y consejeros de Prisa, para constituir una sociedad (Special Purpose Vehicle-SPV), participada al 50% por ambas partes y controlada por Timón, destinada a convertir 75.000.000 de warrants, por importe de 150.000.000 euros, en acciones de la sociedad", reza la nota remitida al regulador. Los Polanco acumulan cerca del 70% de los warrants canjeables, 169 de los 241 millones emitidos.

¿Por qué los Polanco se confían a los americanos? Primero, porque Prisa no puede esperar: necesita cash con urgencia. De hecho, no tiene ninguna lógica ejecutar unos warrants a dos euros cuando la firma cotiza a 80 céntimos. Y segundo, porque convertir todos los warrants supone un desembolso de 337 millones que los Polanco no tienen. La familia cede un buen porcentaje de sus opciones a cambio de que los sponsors de Liberty ayuden a capitalizar la compañía. Claro que Berggruen no se prestará gratis a este segundo rescate, pese a su perfil de multimillonario homeless sobre el que incidía esta semana The Wall Street Journal. Cuando se ejecuten todos los warrants, aumentarán su participación en Prisa a costa de los hijos del fundador.

Fracasar en su aventura española

"La primera reflexión es que los Polanco no tenían el dinero para ejecutar por sí solos los warrants. De hecho, el mercado calcula su liquidez en torno a 100 millones entre la reducción de sus sicav a la mínima expresión y la venta de algún activo. Y han buscado una fórmula imaginativa para convertir las opciones, meter en la empresa los fondos propios que pedían los bancos y desbloquear la refinanciación. La familia pone 75 millones, Berggruen 37,5 y Franklin otros 37,5, en un gesto para los acreedores. Por otra parte, la colaboración de los americanos también tiene lógica. No en vano tienen mucho que perder a nivel reputacional. Han vendido la operación a muchas firmas e inversores amigos", explican a este diario fuentes del sector.

Como publicó este periódico, Prisa manejaba tres alternativas para inyectar dinero en la sociedad, opciones no excluyentes. En primer lugar, una ampliación de capital pura y dura, aprovechando el bajo precio de la acción. En segundo, lograr financiación de los bancos para que los accionistas de referencia ejecutaran los warrants. En este caso, los propios gestores se comprometían a negociar con los bancos la financiación, cuya garantía serían las propias acciones de la sociedad. Y finalmente, la opción escogida, dejar fuera a las entidades financieras y que fueran Berggruen y Franklin quienes asumieran esa financiación.

"Lo harían a título personal. Ganarían peso en detrimento de los accionistas de toda la vida", aseguraban entonces fuentes próximas a la compañía. Claro que la dilución de la familia ni siquiera ha comenzado. Además de los warrants, el complejo acuerdo con Liberty recogía que los titulares de acciones de la sociedad americana recibieran por cada acción 1,5 títulos ordinarios de Prisa y tres acciones sin derecho a voto convertibles. Éstas últimas pueden ejercerse en cualquier momento durante los tres años y medio a partir de su emisión, momento en el que serán obligatoriamente convertibles. Los Polanco podrían retener entonces, allá por 2014, apenas entre el 15% y el 18% de la empresa.

El presidente de Prisa ya adelantó sus intenciones en la última Junta de Accionistas. "Hemos tomado la decisión de proceder cuanto antes al ejercicio de los warrants (…) a fin de facilitar la entrada de nuevo dinero en la empresa sin diluir a los accionistas actuales", aseguraba el presidente. A día de hoy, ni siquiera se ha llegado al millón de warrants ejecutados (882.520), lo que ha aportado a la caja de Prisa apenas 1,8 millones. Además, el consejero delegado, Juan Luis Cebrián, también planteaba la venta de activos no estratégicos por 500 millones y la emisión de deuda no bancaria por otros 500.

[Fuente: Por Daniel Toledo, El Confidencial, Madrid, 05oct11]

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