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20abr11


Ante una escalada inevitable


Ante las crecientes evidencias de que la situación militar en Libia ha llegado a un punto muerto, posiblemente la OTAN no tenga más alternativa que implementar una escalada de su intervención en Libia, lo que podría derivar en una incursión terrestre, opción que los miembros de la alianza han preferido dejar de lado hasta el momento.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, anunciaron la semana pasada que seguirían adelante con la acción militar hasta que Muammar Khadafy se vaya.

"Se han encerrado a sí mismos al describir la victoria como la salida de Khadafy", dijo Daniel Keohane, del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea. "Creo que ahora ya no tienen manera de salirse del conflicto. Tienen el imperativo político de seguir adelante", agregó.

La necesidad de ir un paso más allá de la situación actual -una campaña de ataques aéreos- se vuelve más probable cuanto más cruento se hace el ataque contra los rebeldes en Misurata, dado el mandato de las Naciones Unidas sobre la OTAN que obliga a proteger a los civiles.

Se cree que cientos de personas han muerto en el sitio de siete semanas de Misurata, donde miles de trabajadores migratorios extranjeros están varados.

Tim Ripley, un experto militar, dijo que el ritmo actual de las operaciones de la OTAN tiene un efecto muy limitado sobre las fuerzas de Khadafy. "Es evidente que no están ejerciendo un gran impacto. Simplemente, no usan los ataques aéreos necesarios? lanzan alrededor de 60 ataques diarios y sólo aciertan, digamos, con cinco, diez o 15 blancos", añadió.

Tomas Valasek, analista de defensa del Centro para la Reforma Europea, dijo que una escalada de la intervención militar probablemente será necesaria -por lo menos en el corto plazo- para acabar con los ataques contra civiles y para aplicar presión para lograr una solución política.

"Si la OTAN no quiere permanecer indefinidamente en esta situación, donde realmente se ha llegado a un punto muerto y las hostilidades contra los civiles no han cesado, posiblemente sea necesario hacer más que lo que se está haciendo", dijo.

Sin embargo, aunque existe una clara necesidad de intensificar el esfuerzo bélico, resulta problemático encontrar los recursos para hacerlo. En una reunión de los cancilleres de la OTAN realizada la semana pasada en Berlín, Estados Unidos y otros aliados de la alianza rechazaron los pedidos franceses y británicos de que intensificaran la campaña aérea.

Aunque Gran Bretaña y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresaron optimismo en el sentido de que los aliados terminarían por suministrar más aviones, Washington se resiste a volver a comprometerse con el papel de combate intenso del que se retiró cuando la OTAN se hizo cargo de la campaña en Libia el 31 de marzo pasado.

Los funcionarios y analistas militares franceses dicen que la flota norteamericana de aviones de vuelo bajo y ataque terrestre A-10 y de cañoneros AC-130 podría ayudar a destrabar la situación, pero los funcionarios estadounidenses dicen que correrían "un riesgo alto" por estar expuestos a los lanzamisiles portátiles que tiene Khadafy.

Los helicópteros serían aún más eficaces, pero también mucho más vulnerables al fuego antiaéreo terrestre de las fuerzas de Khadafy, tal como quedó demostrado en la guerra de la OTAN en Afganistán.

El gobierno norteamericano es particularmente sensible ante el riesgo de sufrir bajas en Africa después de lo que ocurrido en Somalia durante la presidencia de Bill Clinton. "Somalia le causó problemas a Clinton, y Obama no quiere que le ocurra lo mismo. En el gobierno de Obama hay mucha gente que estuvo en el gobierno de Clinton y que recuerda muy bien ese incidente", dijo Keohane.

A pesar de los países europeos de la OTAN tienen más de 800 helicópteros de ataque a los que pueden recurrir, y por lo menos Gran Bretaña tiene los medios de ponerlos en funcionamiento en Libia desde barcos de desembarco anfibios, todos los aliados se muestran reticentes a incrementar los riesgos que pueden correr sus fuerzas.

"Hay un problema general, porque ahora hay sólo siete países integrantes de la OTAN que están dispuestos a atacar blancos terrestres -agregó Keohane-. Y existen aún más riesgos si se emplean helicópteros, que son más fáciles de derribar, y se plantea un serio problema político en caso de que se produzcan bajas o que los militares sean capturados."

Ripley dijo que una opción menos riesgosa sería usar los buques de guerra de la OTAN para atacar a las fuerzas de Khadafy, aunque sería necesaria la presencia de fuerzas especiales en Libia para dirigir la artillería: "Se trata de una opción realista, particularmente en la zona alrededor de Misurata".

"Las marinas de los miembros de la OTAN disponen de más de 20 buques de guerra que están dentro del alcance y que tienen una capacidad de disparo de cientos de proyectiles por minuto que devastarían al ejército libio", subrayó Ripley. "Y cuidando de que haya observadores en el escenario de operaciones, esa clase de fuego es tan precisa como el de un ataque aéreo", añadió.

Sea cual fuere el curso de acción que elija, la OTAN se encuentra involucrada en un conflicto más complicado y potencialmente más prolongado de lo que previó.

[Fuente: Por David Brunnstrom, Reuters, La Nación, Bs As, 20abr11]

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