EQUIPO NIZKOR
Información

DERECHOS

01sep11


La maldición de ser subsahariano en Trípoli


En Trípoli se ha desatado una persecución sin pausa. Tras la toma de control de Trípoli por parte de las brigadas rebeldes, los milicianos recorren la ciudad a la caza de mercenarios de Gadafi. Pero para ellos, todos los subsaharianos son sospechosos, sin excepción.

En un centro de la medina, cerca del arco romano de Marco Aurelio, una decena de milicianos custodia celosamente un centro de detención donde varios cientos de hombres de raza negra llevan varios días encerrados. Uno de los guardias admite que dentro hay 250 subsaharianos.

En la puerta se agolpan varias mujeres con sus niños. "Nuestros maridos están ahí dentro", nos dice una mujer vestida de negro. "No han cometido ningún crimen. Sólo los detienen por el color de su piel", afirma otra.

Son de Chad y viven en Libia desde hace años; algunos de ellos, ya han pasado una década en la capital. Les llevan ropa limpia y algo de comida pero los guardias no las dejan acercarse. Uno de ellos, encapuchado y con el kalashnikov apuntándolas, las amenaza y las echa fuera de allí. "¡Fuera de aquí!" les grita. Una mujer se le encara: "¡Adónde vamos a ir!".

Según las organizaciones de Derechos Humanos, los trabajadores inmigrantes procedentes del África negra están siendo confundidos con mercenarios a sueldo del coronel Gadafi y, por tanto, corren el riesgo de sufrir los abusos de las fuerzas rebeldes con sed de venganza.

"Hay detenciones masivas de sospechosos de colaborar con el régimen de Gadafi, especialmente de africanos", advirtió en Trípoli Peter Bouckaert, investigador de Human Rights Watch, a varios medios de comunicación entre los que se encontraba ELMUNDO.es.

"Los africanos subsaharianos son particularmente vulnerables a los abusos. Muchos se arriesgan a represalias como resultado de las alegaciones de que las fuerzas de Gadafi utilizaron 'mercenarios africanos' para cometer violaciones indiscriminadas durante el conflicto», afirma Amnistía Internacional en un comunicado publicado el miércoles.

"En recientes visitas a centros de detención en Zawiya y Trípoli, Amnistía Internacional pudo saber que más de un tercio de los detenidos eran subsaharianos", afirma el documento. Son detenidos simplemente por el color de su piel, sin comprobar primero si se trata de civiles.

Gadafi contrató mercenarios subsaharianos para combatir a la insurgencia. Sólo en la Brigada Khamis –liderada por el hijo menor de Gadafi- había entre 200 y 300 mercenarios. La mayoría procedían de Chad, Níger o Darfur. Según Bouckaert, HRW no ha encontrado pruebas de que "en el Este se haya hecho uso extensivo de tropas mercenarias".

Criminales o inocentes

"Son criminales", afirma un insurgente. Cuando se le dice que son civiles que viven en Libia con sus familias esgrime: "Los criminales también tienen familias". Otros dos insurgentes se acercan a los periodistas para enseñar la célula militar de uno de los detenidos.

Pero los otros documentos que enseñan no son más que tarjetas de identidad de países africanos que no prueban nada. "Es un mercenario de Gadafi, aquí está la prueba", dicen. "Sólo los libios pueden vivir en la medina. La ciudad vieja no es para los negros africanos", se deja llevar otro de los presentes.

Mustafa Belhadj Alhana, que dice ser un vecino del lugar, afirma haber visto a algunos de estos hombres armados. «El 10% puede que sean civiles; el 90% son milicianos», asegura. "Son gente de África a los que le han dado la nacionalidad libia a cambio de matarnos", añade.

El Ejército gadafista tenía unidades integradas por subsaharianos, que formaban parte de las tropas regulares desde los años 70. Por tanto, había soldados profesionales de raza negra integrados en el ejército.

Provenientes de varios países, Gadafi les concedió la nacionalidad libia. Antes de que se desatara la guerra civil que se abrió paso tras la represión de la revuelta popular en Libia, Gadafi contrató cientos de soldados a sueldo a los que prometió grandes cantidades de dinero. Lo que llama la atención es el grado de anticipación del régimen. "Lo grave es la premeditación: fueron reclutados en febrero con el fin de cometer crímenes contra los civiles", explica Bouckhaert.

Los trabajadores inmigrantes atrapados en el conflicto libio están expuestos a la sed de venganza de las milicias. Antes de la guerra, había en Libia cientos de miles de subsaharianos que servían como mano de obra barata. Ellos son inocentes, pero en el imaginario colectivo libio son culpables de unos crímenes que no han cometido.

[Source: El Mundo, Trípoli, 01sep11]

Donaciones Donaciones Radio Nizkor

Libya War
small logoThis document has been published on 02Sep11 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.